Tendencias lingüísticas que me aterran


Todos sabemos que la lengua es un ser vivo en continua evolución y, con seguridad, usos que para nosotros hoy son normales parecerían ajenos o extraños cuando empezaron a extenderse. Sin embargo, hay casos y casos. Hay evoluciones que parecen lógicas y otras no lo son tanto.
Hoy quiero hablar de tres tendencias que me preocupan sobremanera.

1 la especificación del género femenino cada vez que se quiere abarcar con un plural a ambos sexos.RAE está totalmente en contra de este uso, porque el género masculino es el elemento no marcado de la oposición masculino-femenino, lo que implica que subsume al otro. 
2. el masculino gramatical no solo se emplea para referirse a los individuos de sexo masculino, sino también para designar la clase, esto es, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos A pesar de ello, en los últimos tiempos, por razones de corrección política, que no de corrección lingüística, se está extendiendo la costumbre de hacer explícita en estos casos la alusión a ambos sexos Se olvida que en la lengua está prevista la posibilidad de referirse a colectivos mixtos a través del género gramatical masculino, posibilidad en la que no debe verse intención discriminatoria alguna, sino la aplicación de la ley lingüística de la economía expresiva
3 El adjetivo mismo puede sustantivarse, manteniendo los sentidos de identidad y de igualdad o semejanza que le son propios 
¿Qué es lo que pasa? Que del lenguaje administrativo y periodístico que nombra la RAE y que  es, ciertamente, donde este uso empezó, se está extendiendo a otros muchos registros y ámbitos. En español peninsular el sentido está muy claro. Sin embargo, en español canario puede parecer que falta algún énfasis, porque si se dice «las mujeres son demasiado sentimentales», podría dar la sensación de que se habla de las mujeres en tercera persona y no en segunda. 

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